martes, 29 de diciembre de 2009

Voy a darme un baño, vengo enseguida.


¿Nunca te has metido en una bañera fría, vacía y te has acostado a esperar?
Te desnudas, movimientos dirigidos hacia la frigidez. Acuestas tu sustancia sobre la loza, te derramas.
Justo en el momento antes de empezar a temblar, abres el agua.
El agua no te toca, sólo va llenando la bañera y es así como la sientes.
Los bordes de tu espalda y planta de los pies son los primeros en sentir el calor.
Esto hace que se te erice la piel y desees con furia que el agua hirviendo y montaraz te tape entera.
Pero no se trata de eso. Sientes como en una fina línea el agua va subiendo, lentamente.
¡Qué descaro el del agua! La necesitas por toda tu piel, y ella tan lenta, tan lenta, tan lenta, sigue su ritmo desconociendo tus ansias.
¡Más rápido!
Sé que una vez me llene y ya no tenga frío, querré sentirlo. Entonces empezaré a vaciar la bañera para congelarme de nuevo.
¿Por qué siempre se tarda menos en vaciar y enfríar que en llenar y calentar?

(t-okios)
Escúchame, te voy a decir algo:
Si nunca te has puesto un espejo bajo el culo,
si no has tenido la esquina de una mesa entre tus piernas,
si finges tu respiración porque te parece más divertido que sentirla,
si te tapas con las sábanas cuando alguien hace que te mueras de calor,
si sabes diferenciar un rompenueces de unas piernas abiertas, o una boca abierta de un túnel,
si alguna vez no te ha asustado una sonrisa
si nunca has deseado alargar un momento hasta el infinito y no querer ni pestañear para recordar más
si nunca has tenido miedo o nunca te has metido algo plástico o frutal
si te tienes por extraña y no te follas por pereza
.
.
.
.

Deja que el agua llegue hasta arriba, déjate rebozar, trágatela, respírala, inúndate, muérete. Que justo justo justo en ese momento te sentirás viva y cuando abras la boca para respirar, sólo te entrará agua y te descongelará. También por dentro.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Botones.



Los pies se me aceleraron como si supiera perfectamente a donde estaba yendo. Un destino seguro.
La rapidez venía desde la cabeza, desde la exasperación, como aborto de una mano que me entró por la boca y me exprimió el estómago.
Su pelo seguía como siempre, sus gestos eran los mismos y su boca tenía el mismo color. La diferencia era que todo seguía igual.
Algo discutíamos, algo había pasado. Lo hablábamos, así que lo teníamos en la boca.
Le hablaba.
Fuerte y firme.
Haciamos un vaivén.
Me respondía.
Fuerte y firme.
Vaivén.

Movimientos alternativos y sucesivos.
En una nube de palabras y rabia estaban dos chicas. Dos chicas que no sabían nada de su deseo. Una nube llena de frío, piel y mandarinas.

Y desde fuera, dos chicas agarradas de la mano que no se cogían pero tampoco se soltaban. Se tocaban la mano mientras escupían voces.

Seguíamos teniendo el problema en la boca.
Terminé comiéndome los argumentos.
Los verbos
Y las frases.
Vaivén.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Arterial.

Poesía.

Yo también quiero épica.
Que la heroicidad se convierta en proeza. O siga siéndolo. Pero dámela.
Que de un devaneo surja un soneto.
Estállame libidinoso por dentro y pongámosle un nombre.

Danza

Elévame acercando cada vez más tu reflejo y tu cara de verdad
hasta que tus labios falsos toquen mis labios de verdad.
Enajenada mi imaginación se confunde con mis deseos y mis deseos no tienen medida.
Sé más concreto.
¡Levántame llena hasta arriba capitán!
¡Descalzate!
Bebe algo.
¡Muévete!
Sé concupiscente con mi piel. Pero si logras enterrarte en ella no te acomodes.

¡No me mires siempre igual que me canso!

Música.


Soy un plectro. Pues toca algo, aprovecha ahora que puedes hacer música conmigo.
No me pongas cara de ratón.
Mírame, pero mírame.
Dame cuatro versos y sírvete de letras para tus canciones.
Dame cuatro besos, pero no me cantes.
Ahora vocaliza y entona.
Cálmate. Relaja los hombros y que los codos estén en la misma línea que mis teclas. Ahora tócalas disciplinadamente.
Imagina que tu boca es tu puño, pégame fuerte.
¡Exigencia!

Pintura


No seas como el retrato que imita al orgasmo con palabras cambiadas.
Concéntrate.


Conviérteme en arte y hazme inmortal.



O conviérteme en humana y no permitas que me muera.